Los síntomas pueden variar de leves a graves y pueden abarcar:
- Irritabilidad extrema u otros cambios en el comportamiento
- Letargo, adormecimiento, ausencia de sonrisa
- Alimentación deficiente, falta de apetito
- Disminución de la lucidez mental
- Pérdida del conocimiento
- Piel pálida o azulada
Vómitos - Convulsiones (ataques)
- Paro respiratorio
Por lo general, no hay signos físicos de lesiones, como hematomas, sangrado o hinchazón. En algunos casos, es posible que esta afección sea difícil de diagnosticar y puede no ser detectada durante una consulta médica. Sin embargo, las fracturas en las costillas son comunes y se pueden observar en una radiografía.
Un oftalmólogo que examina los ojos del bebé puede detectar sangrado por detrás del ojo o desprendimiento de retina. Sin embargo, hay otras causas de este tipo de sangrado y se deben descartar antes de hacer un diagnóstico de síndrome del niño maltratado. Asimismo, se tienen que considerar otros factores.